Con la alcaldía de Gustavo Petro, Bogotá ha adoptado un nuevo modelo de ciudad: el “urbanismo humano”. Se trata de un enfoque inédito en el país, que se sustenta sobre tres ejes: superar la segregación socioespacial, ordenar el territorio en función del agua para enfrentar el cambio climático y fortalecer el ámbito de lo público. Y recientemente ha virado también hacia un nuevo enfoque en el transporte.

El urbanismo humano rompe con la idea de que más vías resuelven el problema del transporte. Según la Encuesta de Movilidad de 2011, casi el 50% de los bogotanos se movilizaban a pie. La causa de esto era la falta de recursos para pagar el transporte público.

A partir de este y otros datos, pudo determinarse también que el noventa por ciento del espacio público estaba ocupado por automóviles particulares, que en su mayoría transportaban a una sola persona y generaban monumentales embotellamientos.

El énfasis cambió, entonces. Por un lado, se otorgaron subsidios al transporte para los segmentos más pobres. El pago en el transporte público se efectúa con una tarjeta inteligente y los estratos más bajos, los adultos mayores y las personas en condición de discapacidad, pagan un cuarenta por ciento menos en el pasaje.

Por otro lado, se aceleró la implementación del sistema de transporte público multimodal, que incluye el metro, tren de cercanías, dos líneas de metro ligero, dos redes de metrocable y la reactivación de dos líneas férreas para unir a Bogotá con municipios cercanos. A esto se suma la reestructuración en el esquema de los autobuses urbanos.

Adicionalmente, hay una fuerte apuesta por las ciclovías y las ciclorrutas, y por el desplazamiento a pie. Hoy Bogotá es la ciudad latinoamericana que más se moviliza en bicicleta y la que cuenta con más kilómetros de ciclorrutas (BID). Alcanzó en 2014 el récord histórico de 670 910 viajes en bicicleta en un día laboral (Alcaldía Mayor).

Además, se han habilitado importantes calles de la ciudad como vías totalmente peatonales.

Bogotá está cambiando de rostro. El nuevo enfoque del espacio público también se ve reflejado en los muros de la ciudad, que han sido tomados por un dinámico movimiento de grafiteros.


Bogotá es la primera ciudad latinoaméricana con la mejor estrategia para atraer inversión y la octava a nivel mundial (The Financial Times – Londres), 2014.

Es la Quinta ciudad más inteligente de América Latina, entre 148 ciudades, por sostenibilidad y calidad de vida, según el Centro de Globalización y Estrategia del Instituto de Estudios Superiores de la Empresa (IESE), 2015.


Una ciudad no segregada

La movilidad con énfasis en el transporte público es solo una parte de una perspectiva más amplia. El urbanismo humano busca reorganizar el territorio de la ciudad con dos propósitos principales: 1) romper con el modelo de ciudad que ubica a los pobres en un sector y a los ricos en otra; y 2) conseguir que cada vez más ciudadanos puedan transportarse a su trabajo a pie o en bicicleta, para proteger el medio ambiente y elevar la calidad de vida.

El programa Revitalización del Centro Ampliado, es la propuesta bandera en el logro de esos propósitos. En Bogotá, como en muchas otras ciudades, el centro se ha colmado de oficinas y comercio, y ha quedado prácticamente deshabitado. El urbanismo humano ha emprendido una serie de acciones para construir vivienda en esas zonas, destinadas a los sectores más pobres. Muchos de ellos trabajan allí, pero viven en los extramuros de Bogotá.

¿Por qué en el centro de la ciudad? Porque ya hay una infraestructura instalada que está siendo aprovechada para la actividad económica, pero no para la vivienda.

Según el Secretario de Planeación de Bogotá, Gerardo Ardila, antropólogo doctorado en Ecología Humana de la Universidad de Kentucky, y uno de los cerebros grises de esta nueva forma de mirar a la ciudad, “Bogotá respondía a un modelo de crecimiento que era muy perjudicial; la expansión se hacía sobre las áreas libres en la periferia, y esto generó unas áreas con una densidad impresionante en dicha periferia, mientras que en la zona central no. Entonces estamos haciendo una serie de propuestas que implican estímulos a los constructores para que edifiquen en esas zonas donde las densidades son más bajas y tienen los mejores equipamientos. Se trata de ocupar las áreas libres, creciendo en altura, porque crecer en altura es liberar espacio público”.

Así, para el urbanismo humano, la solución no está en llevar grandes obras a las periferias de la ciudad, como ha ocurrido en Medellín, sino traer a los más pobres hacia el corazón de la ciudad.


Bogotá ocupó el cuarto lugar entre cincuenta y una ciudades de la región en el ranking de ciudades latinoamericanas más atractivas para la inversión en 2014, (cifra de la Universidad del Rosario de Colombia y la consultora IdN Inteligencia de Negocios, Chile).

Bogotá es la región más competitiva del país, según el Índice Departamental de Competitividad 2014 (CPC y Cepec).

El índice de homicidios bajó de veintidós personas por cada cien mil habitantes en 2012, a 16,9 en 2014. En 1993 este índice era de ochenta por cada cien mil. (Alcaldía Mayor)


Ya está en vigencia una norma que obliga a los constructores a destinar un veinte por ciento del área que van a construir a casas para los más pobres. Esto, en la práctica, significa mezclar a las diferentes clases sociales en un mismo espacio.

Frente al progreso de estos programas, el Secretario de Planeación nos indica: “Hay varios avances importantes. Plaza de la Hoja es un proyecto que localiza un grupo de viviendas de interés prioritario (para los más pobres) en una de las mejores zonas de la ciudad. Otros proyectos son Estación Central y Estación Sabana. Estamos iniciando el proyecto Eje de la Memoria, donde están las Torres del Atrio, que incluyen un edificio gigantesco diseñado por uno de los urbanistas más grandes del mundo: Richard Rogers”.

Hasta la fecha han construido ochocientas aulas de preescolar. Hoy por hoy, Bogotá es la única ciudad de Colombia que ofrece educación pública gratuita para la primera infancia. Lo interesante está en que esas aulas no son edificaciones de ladrillo y cemento, sino construcciones modulares que aprovechan el espacio disponible en los colegios públicos.

La ciudad también cuenta con puntos de acceso gratuitos a WiFi en dieciocho de las veinte localidades; y se han adelantado programas como Salud a su Casa, bajo un enfoque de medicina preventiva, que se propone evitar la congestión en los hospitales. Gracias a este esquema, desde 2013 Bogotá registra cero muertes de niños por desnutrición.

Es uno de los atractivos que ha llevado a Bogotá a ser el primer destino turístico para los extranjeros en Colombia. El enfoque del urbanismo humano ha desatado fuertes debates a favor y en contra; pero lo cierto es que tiene a Bogotá con los mejores indicadores sociales y económicos del país.

“La inclusión es la gran obsesión del urbanismo humano. Por eso, a las medidas de movilidad y reorganización territorial se han sumado otros programas de infraestructura no menos importantes”, menciona el Secretario de Planeación de Bogotá, Gerardo Ardila, antropólogo y doctor en Ecología Humana de la Universidad de Kentucky.


Tiene el ingreso per cápita más alto del país y en diciembre de 2014, registró el índice local de ventas más alto de los últimos diez años. (Dane)

Bogotá tiene más de ocho millones de habitantes. Es la novena ciudad más densamente poblada del mundo.


Una ciudad, reconocida mundialmente

  • Premio mundial de Liderazgo Climático y Ciudad, otorgado por el C40 y Siemens, Londres, 2014, por transportes sostenibles.

  • Premio Travellers’ Choice 2013, otorgado por el portal TripAdvisor como uno de los mejores destinos turísticos del mundo.

  • Mención especial en los premios a las Mejores Prácticas Locales con Enfoque de Género por las Casas de Igualdad de Oportunidades para Mujeres, en México, 2013.

  • El alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, fue elegido como uno de los diez mejores mandatarios locales del mundo por el Huffington Post y Bloomberg Philanthropies, 2013.

  • Premio de Asentamientos Humanos Globales en Cultura Sostenible, por las ciclovías, 2014.

  • Premio de Asentamientos Humanos Globales en Planeación y Diseño por el Plan de Revitalización del Centro Tradicional, 2014.

  • Mejores Prácticas Globales en Restauración Ecológica por la Recuperación Participativa de la Quebradas: Las Delicias y Moraci, 2014.

  • Premio de Asentamientos Humanos Globales en Innovación Sostenible, 2014.

  • Primer Premio Colombiano de Sostenibilidad Urbana, en el Séptimo Foro Urbano Mundial, que se realizó en Medellín, 2014.

  • Premio World Travel Awards (WTA), en la categoría de South America’s Leading Business Travel Destination 2014 (mejor ciudad para hacer negocios en Latinoamérica).


La pobreza monetaria es de 10,1%, la segunda más baja del país, después de Bucaramanga. El promedio nacional es de 28,5% y el de Latinoamérica es de 34,6%. (Dane). En el año 2000 Bogotá tenía un índice de pobreza del 46,3%.

La sociedad calificadora de riesgo BRC Standard & Poor’s le otorgó a Bogotá, en 2013 y 2014, máxima calificación. tiple A, por el buen manejo de sus finanzas.

La pobreza multidimensional se redujo en un 50% pasó de 11,9% al 5,4%. Bogotá es la única ciudad colombiana que alcanza un solo dígito en este indicador (Dane).


Medellín, una ciudad diferente

Medellín llegó a ser la ciudad con mayor cantidad de homicidios en el mundo. Durante la alcaldía de Sergio Fajardo se implementó un modelo conocido como “urbanismo social”, que se proponía “pagar la deuda histórica” de la ciudad con los sectores más desfavorecidos, como una estrategia para reducir la violencia.

Sobre esa concepción se desarrollaron varias megaobras en las zonas más pobres: grandes bibliotecas y centros de cultura, megacolegios y muy especialmente el metrocable. Medellín fue la primera ciudad del mundo en utilizar el teleférico como medio de transporte no turístico.

Hoy en día Medellín es una ciudad diferente, con grandes atractivos. Actualmente su tasa de homicidios es de 19,6% y cuenta con un índice de pobreza de 16,1%, unas cifras muy inferiores a las que exhibía hace diez años. Sin embargo, sigue siendo la ciudad más desigual de Colombia y una de las más desiguales de América Latina, según el informe de ONU-Hábitat 2014.


El 54,6% de los hogares de la capital clasifican las basuras, siendo el porcentaje más alto del país. (Dane)

El nivel de miseria se redujo de 0,3% en 2013 a 0,2% en 2014 (Dane). Bogotá está a dos puntos de acabar con la pobreza absoluta, meta que pretende lograr en 2015.

Es la ciudad de Colombia más visitada por los extranjeros y es el destino del 52% de los viajeros que ingresan al país. (Observatorio Turístico del Instituto Distrital de Turismo).

Bogotá tiene una tasa de desempleo de 9,7%. Aportó el 25% de los nuevos empleos en Colombia, en 2014. Ofrece cincuenta y siete de cada cien puestos de trabajo de calidad en el país. (Dane)