Desde que nos levantamos hasta que regresamos a nuestros hogares, la infraestructura es parte fundamental del quehacer diario.

Una llamada telefónica, el simple hecho de bañarse o cocinar, y hasta la forma en cómo nos trasladamos al trabajo o centro de estudio, son acciones que suceden gracias a diversas obras de infraestructura, que han evolucionado con el pasar de los años y que se han cimentado de manera sólida en la vida de los seres humanos.

Desde la antigüedad, e incluso más atrás, se han erigido múltiples construcciones, sea por necesidad de protección o de abrigo. Su evolución ha permitido dotar a los pueblos en diversas partes del mundo, de una mejora continua que crece y se magnifica diariamente.

Con el advenimiento de nuevas tecnologías y la generación de sociedades del conocimiento, la infraestructura nos ha permitido satisfacer las necesidades más básicas y proveer ventajas logísticas, comunicacionales, aeroportuarias y marítimas sin precedentes.

A lo largo del tiempo, las obras de infraestructura se han convertido en un tema prioritario en cualquier región del mundo. Y no es para menos; su desarrollo, genera un efecto multiplicador de grandes magnitudes.

Es una especie de imán que atrae inversión, fortalece la productividad y genera recursos en distintos sectores y momentos. Basta con generar obra pública o privada para dinamizar la economía y ver cómo aumentan la riqueza, el empleo y la recaudación de impuestos, impactando la calidad de vida de cada uno de nosotros.

La infraestructura nos ha facilitado la existencia; pero la falta de planificación e inversión genera diversos obstáculos para aumentar el acceso a servicios de calidad, mejorar la competitividad, la inclusión social y el crecimiento económico. La falta de inversión en esta materia constituye uno de los principales obstáculos para el desarrollo de cualquier país. Justamente ahí radica el mayor de los retos, en la gestión y ejecución de obras de infraestructura, a largo plazo.

“El desarrollo en infraestructura facilita todo el desarrollo socioeconómico de un país y genera movilidad”. Ingeniero Olman Vargas, director ejecutivo del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA).

Apuesta competitiva

El mundo globalizado trajo consigo mayores oportunidades pero también mayores exigencias en lo que respecta a competitividad. Una economía mundial de puertas abiertas implica contar con infraestructura no solo básica, sino que supere también los estándares internacionales para competir, atraer y satisfacer las necesidades que requieren esas nuevas inversiones.

El peso que este sector ejerce en la economía nacional se asocia a las grandes inversiones; así lo señala el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Sean obras públicas o privadas, la competitividad se basa en una adecuada infraestructura, para mantenerla y acrecentarla en el tiempo.

Esto requiere contar con recursos, capacidad técnica, administrativa y de gestión, para proyectar la infraestructura y las necesidades que traiga consigo en el largo plazo.

Ese es el reto de los países latinoamericanos, cerrar la brecha en infraestructura para no decaer, según lo expresan diversos organismos internacionales.

“El Estado, en cualquier país del mundo, debe crear las condiciones adecuadas, estar en capacidad de brindarle a ese inversionista lo necesario para que venga y pueda invertir. El tema no es la inversión por la inversión; es que está genera empleo y genera oportunidades”, señala el Ing. Ricardo Castro, del Comité de Infraestructura de la Cámara Costarricense de la Construcción (CCC).

Así ha ocurrido con países como Chile, Colombia o Panamá, que han convertido a la infraestructura en un tema prioritario de cada gobierno y han pasado de la planificación a los hechos.

En el caso de Costa Rica, durante las últimas décadas ha venido perdiendo competitividad, según el Ranking Mundial de Infraestructura del Foro Económico Mundial.

Rezago

Está claro que la infraestructura es un pilar importante para el desarrollo de un país, es el principal medio para aportar competitividad y calidad de vida de la población” explica el ingeniero Guillermo Loría, coordinador del Programa de Infraestructura del Transporte (Pitra) del Lanamme.

“A raíz de una deficitaria infraestructura pública, el país se encuentra en condiciones generales de poca competitividad con respecto a otros países más desarrollados. Esto lo percibimos incluso a nivel latinoamericano, con el crecimiento de otros países que estaban antes por detrás de Costa Rica y que nos han superado o van camino a superarnos”, enfatiza Castro.

En su criterio, hay cuatro grandes temas en los que el país debe enfocarse para mejorar y atraer inversión, “el primer tema es el sistema de transporte público de personas. El segundo, es el costo de los servicios eléctricos en Costa Rica, que nos tiene fuera de competencia con otros países.

La energía eléctrica en nuestro país, pese a que en su gran mayoría, cerca del 90%, es de fuentes renovables, presenta costos bastante más altos, aunque en promedio se disfrace y parezca que no estamos tan mal. La tarifa domiciliaria eléctrica puede ser más baja comparada con otros países; pero las tarifas eléctricas del sector producción, en general, no lo son, y eso nos está pasando la factura porque estamos siendo incapaces de atraer inversionistas para generar empleo. En tercer lugar, tenemos un problema serio de infraestructura en todo lo que tiene que ver con agua potable y saneamiento, porque el país debería tener la disponibilidad del suministro de agua potable para que un inversionista extranjero venga a invertir y que no se le diga ‘usted se instala aquí pero primero tiene que resolver este problema’. Y el cuarto punto es el tema de tramitología, que no se debe a un tema de leyes y reglamentos, sino a una cuestión de actitud de las personas que tienen eso a cargo, y que no ayudan a que las cosas ocurran”, indica Ricardo Castro.

“La infraestructura en un país es el soporte de todas las actividades que desarrolla, desde las necesidades básicas como vivienda, hasta la más alta tecnología de comunicación”, agrega la Ing. Giannina Ortiz, coordinadora del Centro de Investigación en Vivienda y Construcción (CIVCO) del Tecnológico de Costa Rica (TEC).

Gestar y articular

“El principal problema ha sido la falta de gestión y mantenimiento, los proyectos que están en proceso debieron haberse construido hace años; estamos construyendo obras que eran pertinentes hace veinte o quince años”, señala la ingeniera Giannina Ortiz, coordinadora del Centro de Investigación en Vivienda y Construcción (CIVCO) del TEC.

Estos años de atraso han producido un deterioro muy importante y significativo en la infraestructura del país. “Una serie de políticas equivocadas en los diferentes gobiernos generaron ese importante deterioro”, señala el ingeniero Olman Vargas, director ejecutivo del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA).

Sin embargo, Vargas ve con positivismo la oportunidad de revertir el proceso, pues hoy tenemos un Conavi que cuenta con recursos importantes para invertir en infraestructura vial, así como recursos provenientes de empréstitos extranjeros.

Para ello, esos recursos deberán ser gestionados de una manera eficiente, algo que, para el funcionario del CFIA, no ha sido la norma en el Gobierno central durante las últimas administraciones, debido a que no hay política de Estado clara; cada gobierno trae sus nuevas ideas, lo que quita continuidad a un plan que necesita unos treinta años, como mínimo.

Similar criterio externa Giannina Ortiz, del CIVCO, quien anota que el principal problema es la falta de planes de desarrollo a largo plazo e independientes de la carrera política. Además, la duplicidad en funciones y la falta de herramientas de gestión en las entidades existentes no han permitido el desarrollo de estas obras.

Es importante retomar todos los procesos de mantenimiento y rehabilitación de la infraestructura con la que contamos. “Hubo una serie de políticas equivocadas que olvidaron dar mantenimiento a la infraestructura que ya existe, y que entró en un proceso importante de deterioro”, piensa Olman Vargas del CFIA.

“El problema no es que dejamos de construir, sino que dejamos de planificar; y cuando esto sucede, se deja de transmitir el conocimiento requerido para planificar”. Ing. Ricardo Castro de la CCC.

Viejas y buenas prácticas

Costa Rica no siempre fue así. El país cuenta con la capacidad humana y técnica para desarrollar los proyectos que son prioritarios a nivel nacional.

“Contamos con excelentes profesionales, y ahorita tenemos empresas nacionales desarrollándose en otros países. Sin embargo, son ocho años que llevamos con el ‘puente de la platina’ y nada que se resuelve”, anota el Ing. Ricardo Castro de la CCC.

La Costa Rica de antaño es una muestra fehaciente de como se iba construyendo el país del futuro, lo que tenemos hoy.

Luego, vinieron obras de infraestructura que buscaban comunicarnos más. Se fueron gestando obras relevantes de los próceres de la historia costarricense, que pensaban en un país de grandes dimensiones y se anticipaban a la época.

Debemos virar nuevamente para hacer que las cosas sucedan. Resucitar las obras de infraestructura pensando en el futuro, planificando.