Investigador Iván Vargas gana Premio Nacional de Tecnología Clodomiro Picado Twight 2016

4 de Noviembre 2016 Por: Redacción
Dr. Iván Vargas junto al SCR (OCM-TEC)

El Dr. Iván Vargas Blanco, coordinador del Laboratorio de Plasmas para Energía de Fusión y Aplicaciones del Tecnológico de Costa Rica fue galardonado como el ganador del Premio Nacional de Tecnología Clodomiro Picado Twight 2016. 

Así lo dio a conocer en conferencia de prensa  el Ministerio de Ciencia y Tecnología este viernes 4 de noviembre.

El Dr. Vargas manifestó su gran complacencia por este premio porque representa una prueba de la alta capacidad de los costarricenses para realizar investigación en temas de punta a nivel mundial y soñar como los grandes.

“Este es un reconocimiento para el Dr. Iván Vargas y a su grupo de trabajo como un investigador que ha demostrado visión, excelencia académica y perseverancia en un proyecto que ha posicionado a Costa Rica en el selecto grupo de países que realizan investigación en plasma”, dijo el Rector del TEC, Dr. Julio César Calvo.

Para el Rector este hecho confirma que el TEC está haciendo las acciones estratégicas necesarias para aportar conocimiento científico y desarrollo tecnológico que impulse a Costa Rica en la sociedad del conocimiento.

El Dr. Vargas obtuvo el premio gracias a su postulación con el proyecto: “Diseño, construcción e implementación de un Stellarator modular pequeño llamado SCR-1, para el confinamiento magnético de plasmas como futura fuente de energía”.

Primera descarga de plasma

Tras seis años de investigaciones y $500.000 invertidos, el Tecnológico de Costa Rica (TEC) convirtió a  nuestro país en la primera nación latinoamericana en hacer una descarga de plasma de alta temperatura en un dispositivo único en la región.

El principal objetivo de esta investigación es convertir al plasma en una fuente alternativa de energía.

De acuerdo con Vargas, con un gramo de combustible, en este tipo de dispositivos, se podría producir, a futuro, hasta 26 mil kilowatts hora, con lo cual se abastecería a 80 viviendas durante un mes.

“Es un momento especial para nosotros, en el cual damos a conocer a la comunidad nacional e internacional el desarrollo tecnológico del Stellarator de Costa Rica 1 (SCR-1), un dispositivo único en Latinoamérica y uno de los pocos que existen en el mundo en su tipo, destinados para la investigación del plasma como futura fuente de energía“, comentó el doctor Vargas al inicio de la conferencia en la que explicó los alcances de esta nueva tecnología.

Más información en el siguiente enlace.  Además en el sitio: www.tec.ac.cr  en el apartado: primera descarga de plasma.

Sobre el investigador

Iván creció en un pueblo remoto llamado Concepción de la Palmera en San Carlos. El segundo hijo de don Víctor Vargas y doña Susana Blanco.  En total de cinco hermanos.

Estudié en una escuela unidocente. Solo había 10 estudiantes. Incluso, llegué a escuchar (en algún momento) que iban a cerrar la escuela, porque éramos muy pocos. Recuerdo que la maestra tenía una pequeña biblioteca con tres estantes con libros donados. Tres de ellos, eran de ciencia y en uno de ellos se hablaba de fusión nuclear”, señala. 

Fue así, como a los ocho años inició su fascinación por la ciencia. Se llevaba los libros para la casa y los estudiaba. “En un cuaderno escribía todas las preguntas que me iban saliendo, y dejaba espacios grandes, porque estaba seguro que iba a volver y las contestaría. Por ejemplo, me preguntaba ´¿qué pasa cuando un protón choca con un neutrón?´”, relata.

A los pocos meses hizo su primer invento “un carrito impulsado por aire” y a los meses ya pensaba en establecer su propio laboratorio. “Recolecté frascos de veterinaria, tuberías, soportes y comencé a hacer reacciones químicas en un cuartito que tenía mi papá en la lechería. Doblé unas latas e hice mis primeras prensas para mi laboratorio de química. Me sentía orgulloso”, dijo.

A los nueve años la curiosidad por los inventos y la investigación solo crecían.

“Me comenzaron a gustar los cohetes espaciales. Entonces dije ´¿por qué no hacer un cohete de fusión nuclear?`. Un día llegó una señora que ayudaba a mi mamá y yo le dije ´Voy a hacer un cohete de fusión nuclear´ y le enseñé los esquemas que había diseñado (ella solo se me quedó viendo), pero yo estaba seguro que tenía la solución. Incluso, iba a construir un cohete químico con tuberías”, cuenta mientras ríe. Antes de los 12 años, era claro para sus padres: Iván amaba la ciencia.

Llegó su etapa de secundaria y debía caminar tres kilómetros para tomar un camión que tardaba una hora para llegar al Colegio Técnico Agropecuario de Aguas Zarcas.

En segundo año de colegio en 1987, creó el Club Científico. Él y su equipo participaron en la III Feria Nacional de Ciencia y Tecnología donde ganaron el primer lugar con puntación perfecta.

“Tuvimos la suerte de que Alemania había hecho una donación de equipo científico. El colegio tenía un laboratorio de química, totalmente nuevo, ¡y no lo usaban! Fuimos a sacar los equipos nuevos… y nadie los había tocado. Si yo tenía mi propio laboratorio químico rústico, ese era lo máximo”, señala.

Terminado sus estudios ingresó a la Universidad de Costa Rica a estudiar física, pero su padre solo le pudo pagar los dos primeros años, por ello se vio obligado a dar clases de matemáticas en academias de bachillerato.

“Fue una etapa muy larga. Yo llegué a pensar que nunca iba a terminar la Universidad, de verdad que me costó mucho hasta que logré graduarme. Incluso un compañero llegó a decirme que nunca iba a convertirme en doctor”, cuenta.

A los dos años de graduado de la Universidad, Iván logra ingresar al Tecnológico. Con una idea clara: “tengo que realizar un doctorado y regresar a poner un laboratorio”. De esta manera buscó una beca para estudiar en España, y obtener su grado de maestría y el doctorado en Física de Plasma y Fusión Nuclear en la Universidad Complutense de Madrid.

En España también fue duro pues hubo un periodo donde no contó con beca para pagar sus estudios y tuvo nuevamente que ganarse la vida, en esta ocasión realizando presentaciones de física recreativa por las cuales le pagaban. Hasta que logró una beca del Ministerio de Educación de España. Fue en esa nación, donde se apasionó por el Stellarator y soñó con crear uno para Costa Rica.

Fue así, como el último laboratorio de Iván, hasta el momento, se convirtió en el orgullo del TEC.   

Parte del equipo del laboratorio de plasmas del TEC:  Jaime Mora, Laura Barillas, Iván Vargas, José Asenjo y Carlos Otárola. (OCM-TEC)

 

El Dr. Iván Vargas recibió un reconocimiento en la Municipalidad de Cartago y también en la Asamblea Legislativa. (OCM-TEC)

El Dr. Iván Vargas acompañado por el rector del TEC, Dr. Julio César Calvo. (OCM-TEC)