Teitiota era agricultor y pescador en Kiribati, un compendio de islas en el Pacífico, consideradas desde 1989 por la Organización de Naciones Unidas (ONU) como el primer país del mundo que desaparecerá a causa del cambio climático. La alerta desde entonces les ha dejado en claro el mensaje: Kiribati, por tener apenas dos metros sobre el nivel de mar en la mayoría de su territorio, está destinado a la extinción.

Ioane Teitiota es el primer solicitante de refugio en el mundo por el cambio climático, a quien el estado de Nueva Zelanda negó su solicitud y su apelación posterior; él será deportado junto con sus tres hijos a Kiribati, un lugar del que se sabe que para fines de siglo estará bajo las olas y será inhabitable incluso desde mucho antes. En pocas palabras, el océano los ahogará si no se van…

Historia: de eso se trata la petición de Teitiota como el primer solicitante de refugio en el mundo y en la historia, así como también lo que quiere hacer Costa Rica con la meta de convertirse en el primer país carbono neutral del mundo. ¿Qué relación tienen estos dos hechos?

Muy cerca y muy lejos a la vez

De acuerdo con Kathia Aguilar, ingeniera de la Dirección de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), la meta carbono neutral, nacida en el año 2007, implica llevar el inventario nacional de emisiones de gases de efecto invernadero a cero. Para ello existen dos estrategias: la reducción o la compensación de las emisiones.

Aguilar enfatizó que la meta se ha cumplido casi en un 80% y es en particular gracias al aumento de la cobertura forestal del país; sin embargo, el 20% restante es el más reacio de concretar.

¿Por qué? “Quizás la principal dificultad con la meta es que en realidad es un tema país y el cambio climático es un tema que toca muchos ejes de desarrollo; la parte forestal es ciertamente una, pero hay muchas otras, como lo son el transporte y la parte agrícola, que de alguna forma escapan a la competencia de un ministerio de ambiente”, mencionó Jorge Cabrera Medaglia, especialista en derecho y temas ambientales.

Actualmente, “el principal emisor de gases es el transporte; entonces, si no hay medidas restrictivas a nivel transporte, difícilmente podremos llegar a alcanzar esa meta. Hay empresas súper comprometidas, pero cuando uno observa el porcentaje de lo que emiten esas empresas en relación con el sector transporte, y que gran parte de esa flota corresponde a flota privada, nos topamos con una situación bastante compleja”, menciona Kathia Aguilar.

El inventario de gases de efecto invernadero del país, creado por el Instituto Meteorológico Nacional del año 2010 lo corrobora: de los 8.788Gg (gigagramos), de CO2 expulsados en la totalidad del país, el mayor contribuyente fue el sector energía, con 7.081Gg seguido por los procesos industriales y el uso de productos, con 802Gg, y finalmente la agricultura, la silvicultura y otros usos de la tierra, con 473Gg.

La meta en realidad pende del hilo de ese sector, y aunque hay transportistas comprometidos que han cambiado sus flotas a gas licuado de petróleo, todavía falta mucho, especialmente porque los cambios necesarios incluyen infraestructura y ordenamiento territorial, no sólo flotilla. Aguilar fue enfática al decir que el 20% restante corresponde más a lo individual (empresas, asociaciones, colectivos y familias).

El 20% de una gran meta

Recuadro, Normativa para carbono neutralidad

Manuel González, coordinador de la Unidad de Verificación de Gases de Efecto Invernadero (GEI) de Inteco, una de las dos entidades acreditadas para verificar la C-Neutralidad a nivel local, admitió que existen cerca de cuarenta y tres empresas como carbono neutral en el país.

De las verificadas por Inteco, el 73% corresponden a la industria de manufactura, el 13% a servicios y finalmente empatan con 7% el sector financiero y el de gestión de desechos.

¿Es significativo? González resaltó que en el año 2013, el aporte de apenas ocho empresas significó veinte mil toneladas de carbono menos, el 5% de las emisiones del país, por lo que las contribuciones pueden ser verdaderamente significativas. Sin embargo, pese a que es una tendencia en aumento y entre 2011 y 2012 40% más de empresas optaron por verificar sus emisiones, siguen siendo pocas en relación con el total.

“Las empresas que participan hacen las cosas bien, el problema es que participan muy pocas. Si analizamos la cantidad de empresas que voluntariamente deciden hacer esto, son pocas con respecto al volumen total de las que tienen operaciones en el país. Puede ser por desconocimiento, pues al hacer métricas y desarrollo de inventario, no es tan complejo; pero sí falta un poco de iniciativa”, concretó González.

Otro elemento en la balanza son los costos, que dependen de cada empresa; los montos pueden iniciar desde $2 800 anuales, por ejemplo, e incrementarse dependiendo de la complejidad del inventario de cada empresa. No obstante, cada caso es particular.

Para poder certificarse, la empresa necesita un inventario histórico de por lo menos uno o dos años. Este inventario es la herramienta que va a permitir hacer las comparaciones para determinar si en efecto ha habido reducciones y poder demostrar si hay carbono neutralidad.

De acuerdo con Manuel González, los principales retos de esas empresas incluyen los errores de cálculo en sus inventarios, así como los relacionados con el propio orden dentro de la organización. Los mejores casos son para organizaciones ordenadas, con datos trazables, que hacen liquidaciones con datos verificables (como por ejemplo los litros consumidos en su flota vehicular), las cuales tienen además controles internos; todo esto permite hacer más fácilmente los cálculos y los reportes.

Pese a que es bien conocido que la C-Neutralidad también tiene un componente de “marketing verde”, González dice que en realidad son pocas las empresas que han hecho uso de esta verificación como una ventaja competitiva. ¿Quiénes son?

Recuadro, Empresas C-Neutral en Costa Rica

De uno en uno

Así como hay empresas en el proceso de verificación y compensación de sus emisiones, los expertos enfatizan que hay acciones individuales que pueden tener un impacto significativo en el ambiente y a la vez en el bolsillo. Uno de los casos reconocidos de Inteco fue el del ahorro de más de 10% en combustible sólo a través de la capacitación de los choferes.

Otros casos de toma de consciencia desde las empresas incluyen el arranque de máquinas, el uso de computadoras y otros artefactos de oficina. Y las recomendaciones para particulares son el uso del vehículo compartido (carpooling), el uso del transporte público y el teletrabajo.

¿Nadar contra corriente?

Si bien no todos los países tienen la misma cuota de contaminación, Costa Rica está generando cambios interesantes en otras latitudes.

“A pesar de ser pequeñitos y de que nuestras emisiones no signifiquen un impacto muy grande a nivel de lo que es el calentamiento global y el cambio climático, somos un ejemplo a nivel internacional y muchos de los instrumentos que se han generado y de las acciones que hemos llevado a cabo, han calado en otros países que tal vez no han visto la importancia de esta iniciativa”, puntualizó Kathia Aguilar.

La representante del Minae recalcó que ven las conversaciones con positivismo, pues grandes emisores como Estados Unidos y China están adquiriendo más compromisos de peso con relación al tema de gases de efecto invernadero. Por su parte, Jorge Cabrera, experto en derecho y temas ambientales, concuerda con ella: “Hay señas de cambio”.

“Ha sido el ejemplo de países pequeños como el nuestro, que se compromete y les demuestra que no es imposible. Claro está que esos países tienen un reto más complejo, al ser primeros emisores, pero si nosotros podemos, ¿por qué uno grande no podría también?”, concretó Aguilar.

Sin embargo, alcanzar que todos los países asuman compromisos significativos no es fácil, debido a la diversidad de actores en el debate político; de hecho, Jorge Cabrera enfatizó que la gama de actores es tal que se rompen los bloques de norte o sur, o de países desarrollados y en vías de desarrollo, y el juego de acciones es totalmente diferenciado.

“No son el mismo tipo de líder quienes producen petróleo que quienes gobiernan una isla; o un país en desarrollo tan grande como China, que es el principal emisor de gases de efecto invernadero del mundo, que otros países como India, Brasil o Rusia, economías en transición. Entonces acá es muy difícil decir que hay un solo bloque, porque hay intereses muy diversos según el nivel de desarrollo, según la forma en que esté basada su economía o sus condiciones ambientales”, enfatizó Cabrera.

Entrabados

Recuadro, Soluciones individuales para alcanzar el 20%

Según el Minae, durante la más reciente Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP), realizada en Lima, Perú, en diciembre del 2014, uno de los temas entrabados fueron las promesas del fondo verde; este debía funcionar con diez mil millones de dólares para ayudar a los países con menos recursos con sus metas de carbono neutralidad y adaptación, pero no se está llegando a esa cifra.

Al lado contrario de la palestra, uno de sus logros fue llegar a un borrador de acuerdo que pueda ser afinado en varias reuniones este año y aprobado en la COP de París, que se realizará en este 2015.

Jorge Cabrera recalcó que con este borrador se llevará a cabo una serie de reuniones durante el año 2015, que serán lideradas por el grupo de trabajo sobre los nuevos regímenes en temas de cambio climático, grupo que incluso existía desde antes de la COP de Lima. El grupo además habría presentado sus conclusiones durante la COP, las cuales fueron aceptadas y adoptadas.

“Este es el grupo que va a liderar todo el tema sustantivo para la COP. La COP en París, que abarcará dos semanas más o menos, obviamente no puede llegar a resolver todos los problemas; se tiene que avanzar bastante en las reuniones de este grupo, el cual debe llevar un texto propuesta para ser aprobado. En realidad, lo que este grupo de trabajo logre avanzar será crítico para que a nivel de COP se termine de tomar decisiones técnicas y finalmente se tomen decisiones políticas”, puntualizó el experto.

Así como para Cabrera, para Kathia Aguilar uno de los grandes retos son los compromisos diferenciados, puesto que es muy difícil poner de acuerdo a países con estructuras legales o situaciones totalmente diferentes, para llegar a un solo borrador de consenso. La victoria lograda en Perú puede ir cuesta arriba en París.

Otro de los indicadores positivos para Cabrera son las acciones individuales o en bloque que han emprendido algunos países, en las cuales puede ser más sencillo llegar a un acuerdo internacional, debido a que podrían existir a lo interno medidas nacionales que sean consistentes con dicho acuerdo.

“La COP de Lima sentó una plataforma relativamente adecuada, pero queda mucho trabajo por hacer, quedan pendientes muchos temas políticos muy fuertes. En el contexto de las negociaciones hay una aceptación de que, aunque todos tenemos responsabilidades comunes y obligaciones diferenciadas, la idea de que los países en desarrollo no van a contribuir a la mitigación del cambio climático ha sido abandonada; todos van a tener algún tipo de mediación”, concluyó Cabrera.

Finalmente nadar contra corriente termina siendo una carrera solitaria, en vez de un relevo.

“Al final, los compromisos internacionales son importantes, pero ciertamente las acciones nacionales siguen siendo críticas y aquí es donde el país aún presenta retos con relación a los compromisos que asumió; si no hay cambios en las políticas, pareciera muy difícil ser carbono neutral para el 2021”.

De Kiribati a Costa Rica

A Kiribati le llegó el agua al cuello, a Costa Rica al bolsillo; en el 2013 se reveló que el costo de atender las pérdidas producto del cambio climático implicó para Costa Rica el uso de $1.030 millones entre el 2005 y el 2011.

En aquel entonces, Roberto Flores, encargado de cambio climático y gestión de riesgos del Ministerio de Agricultura y Ganadería, evidenció que la infraestructura vial y la agricultura, con 50,70% y 16,74% de la afectación a nivel nacional respectivamente, son las áreas que han sufrido más los embates.

Finalmente, un informe de Unicef Reino Unido en conjunto con The International Institute for Strategic Studies reportó que el cambio climático sería un catalizador de la violencia y los conflictos sociales y políticos, las regiones más golpeadas serán África Subsahariana, el norte de África, el Medio Oriente, el triángulo norte de Centroamérica y partes del sudeste asiático y del Pacífico.

Mientras Teitiota regresa a Kiribati a esperar el infortunio divino, la temperatura sigue subiendo. Su país contribuye con pocas emisiones con el calentamiento global, así como Costa Rica, que aporta menos del 0,1% del promedio mundial; empero, ambos países sufrirán mayores consecuencias que muchos de los más grandes contaminantes.

Entre Kiribati y Costa Rica hay una realidad compartida y un designio trazado, sin importar la distancia: para todos sube la temperatura; el reto está en cómo mitigar la vulnerabilidad y ser más resilientes.

Costa Rica ya hizo su apuesta.

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