Energía

Con o sin incentivos por servicios ambientales, las plantaciones dendroenergéticas constituyen la vía de acceso para enrumbarnos mucho más rápido hacia la descarbonización de la economía. Entonces, ¿por qué no las hemos adoptado aún como proyecto país?
Parece increíble pensarlo, pero en la estructura de sus tallos, en sus ramas, se almacena energía que, en forma de hidratos de carbono, puede ser luego reutilizada en múltiples actividades de la vida humana.
Con un aporte que puede sumar significativamente a la matriz energética, y reducir los costos tarifarios, la biomasa ofrece oportunidades únicas de crecimiento y desarrollo que nos podría enrumbar mucho más rápido hacia la carbono neutralidad.
El país podría acercarse a la meta de ser una economía baja en emisiones con su incursión en la producción de energía limpia a partir de la biomasa seca, esa que se origina en plantaciones dendroenergéticas sin presión por los recursos del bosque.
Con un consumo que va en aumento, el país se enfrenta a una enorme encrucijada: ser más competitivo en el costo tarifario de energía eléctrica, pero también debe asegurar el suministro de energía de manera sostenible, para una sociedad que le apuesta al desarrollo.
Con condiciones únicas para su desarrollo natural productivo, el país podría producir electricidad a partir de biomasa seca forestal y potenciar su crecimiento de cara al 2021, año en el que se espera cumplir la meta de ser carbono neutral.
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