¿Cómo vamos avanzando? ¿En qué urge trabajar? ¿Cómo estamos actualmente? ¿En qué estamos fallando?

Para evaluar la realidad nacional lo primero, según el director de la Escuela de Agronegocios del Tecnológico de Costa Rica (TEC), Randall Chaves, es acabar con el mito de que en Costa Rica la agricultura es un sector en declive.

“Hay un detalle importante que es que erróneamente se cree que el sector agroalimentario está en declive y no es así, porque si bien se ha producido un desplazamiento en lo que representa la agricultura como porcentaje del PIB en el país, esto se ha dado no por la debilidad del agro, sino por el fortalecimiento del sector servicios y de otros sectores como el de dispositivos médicos. Que otros sectores crezcan más lo que genera es una distribución del PIB distinta, no un declive automático de la agricultura”, expresó Chaves.

El porcentaje que representa la agricultura en el Producto Interno Bruto (PIB) de Costa Rica bajó de 13,7% en 1995 a cerca del 6% en la actualidad.

Con respecto al tema empleo, la agricultura sigue siendo el segundo sector donde se emplean más costarricenses con un 12,7% de la población empleada (el sector número uno es el comercio)

“A nivel productivo siento que la agricultura se ha destinado más hacia los cultivos extensivos que son claves para la exportación y se ha ido abandonando el cultivo pequeño y mediano, se ha presentado un desplazamiento de la producción de hortalizas por ejemplo y se le presta mucha atención al sector exportador, pero no a la producción de alimentos para el mercado nacional, que obviamente sigue siendo muy importante”, comentó Julio Brenes, productor costarricense e ingeniero agrónomo.

El productor nacional e ingeniero agrónomo Julio Brenes piensa que aunque el sector agrícola sigue siendo de suma importancia para el país si se ha dado un cambio que ha enfocado los recursos en la agricultura de exportación y ha dejado un poco de lado a la agricultura destinada a consumo interno.

Actualmente, la agricultura representa, según cifras de la Promotora del Comercio Exterior de Costa Rica (Procomer), el 26% de las exportaciones del país, siendo los principales productos de exportación del sector banano, piña y café.

Cambios importantes

La agricultura costarricense también ha avanzado, en los últimos años, en la tecnificación.

“Tenemos pequeños productores que siguen manteniendo los sistemas tradicionales, pero hay una presencia fuerte de tecnificación en algunas zonas del país, así como un uso más intensivo de máquinas en los sistemas productivos de nuestras fincas”, mencionó Chaves.

Para Brenes ese proceso es importante, pero no se debe de perder de vista que la mecanización debe darse de forma contextualizada para el país.

“Hay zonas, como por ejemplo mucha parte de Cartago, en que no podemos pensar en tecnificar cosechas o mecanizar porque no tenemos las características topográficas para hacerlo, la innovación no solo se refiere a las máquinas sino a lograr mejores sistemas para nuestras condiciones”, comentó el productor.

Un detalle destacable, en Costa Rica, según Chaves, es el de los esfuerzos del país para promover sistemas más sostenibles.

“No es que somos un paraíso, pero el país se está alineando en busca de sistemas de producción sostenibles, aún con sus fallas Costa Rica busca regular las explotaciones agrícolas que se establecen, hay cierta consciencia de que se debe trabajar con fuerza en esos temas. Además, hay legislación que trata de aportar y promover un mejor manejo”, explicó el director de la escuela de Agronegocios del TEC.

Otro trabajo que se debe realizar en el país, según los entrevistados, es el de lograr que el consumidor tenga mayor conocimiento sobre los productos que consume.

“En el país todavía hay que trabajar mucho para convencer al consumidor de que temas como la sostenibilidad son importantes y que ellos también deben fomentar el consumo y entender el esfuerzo que hace el productor”, comentó Chaves.

El país también tiene la urgencia de trabajar, especialmente con los pequeños productores, todo lo referente a gestión agroempresarial, es decir darle al productor herramientas que le permitan abordar su actividad como un negocio rentable.

Seguir mejorando en investigación

La investigación es fundamental para enfrentar los retos del sector agrario y aunque no somos de las naciones que más invierten en este campo,si se están realizando esfuerzos importantes, según Chaves.

“La planificación presupuestaria que hace el productor en Costa Rica no es la mejor. Algunas veces yo le digo a los productores ‘las 100 lechugas que usted comercializa son igual de importantes que las 1.000 que comercializa el productor más grande’. Hay un asunto de manejo empresarial que se debe trabajar con urgencia porque la sostenibilidad del negocio agrícola depende en gran medida de lograr un mejor manejo empresarial”, mencionó Chaves.

“Sí se realiza investigación en el país, no somos punta de lanza si nos comparamos con por ejemplo el caso de Holanda o Japón, hay países que desde luego nos superan, pero yo diría que estamos de la media para arriba. Hay esfuerzos importantes enfocados en el uso de la tecnología, la innovación, la búsqueda de sistemas productivos más integrales y la protección ambiental”, explicó el director de la Escuela de Agronegocios del TEC.

Por su parte, Brenes hace un llamado para que la investigación no se quede solo en las aulas.

“Las universidades son las primeras llamadas a brindar soluciones tecnológicas referentes a variedades de cultivos resistentes que se adapten a nuestras condiciones, eso sí se necesita que las universidades no solo hagan investigación como un requisito académico, necesitamos que la investigación no se quede solo en el papel”, expresó Brenes.

Organizarse para lograr crecer

Chaves y Brenes coinciden en que una de las deficiencias más importantes que tiene la agricultura en el país tiene que ver con la falta de organización de los productores.

“Hay ausencia de organización y no es culpa solo del Gobierno, a nivel de agricultura los productos más exitosos son los que tienen una mejor organización a nivel de siembra, exportación y producción. No es lo mismo un producto como el arroz en que pueden ser 100 productores y cada uno va a tener 800 hectáreas, ahí es más fácil ponerse de acuerdo que en el caso de una producción como la cebolla o la papa que son 5.000 productores con media o una hectárea, lo que hace más difícil ponerlos de acuerdo. Hay esfuerzos en lo organizativo, pero están muy centralizados y con intereses más propios de cada uno que con intereses generales.”, comentó el productor Brenes.

“Hemos fallado en sostener la integración de los pequeños productores, uno de los mecanismos que tienen los productores para crecer es organizarse, unirse, pero esa integración debe ser perdurable y de momento hay muchos problemas de organización en el sector, uno llega a cualquier asociación y hay problemas”, agregó Chaves.

Para el director de la escuela de Agronegocios del TEC otro problema importante es que hay aspectos sistémicos que hacen ver a la agricultura como una actividad de tercera categoría y somete al productor a un círculo que lo condena a vivir bajo una economía casi de subsistencia.

“Hay elementos que son claramente sistémicos, hay una carencia de educación para la participación activa del pequeño productor, también hay un tema de que el país se ha acostumbrado a que el agricultor se mantenga en una dimensión en la que es complicado mejorar su situación, es un círculo vicioso que tiene a la agricultura en el límite de la pobreza”, concluyó Chaves.