TEC iluminó la Navidad con sonrisas y música

8 de Diciembre 2016 Por: Kenneth Mora Pérez

Un juego de pólvora cerró la iluminación del árbol navideño y  del pesebre. (Foto: Ruth Garita/OCM)

En medio de la tarde fría de diciembre, el ambiente en el Centro de las Artes se convirtió en un acogedor espacio, que con un calor navideño,  fue el aperitivo para iluminar el árbol, bendecir el pesebre e inaugurar oficialmente la época navideña en la Sede Central del TEC.

A diferencia de otros actos que se realizan en el Centro de las Artes, la tarde que poco a poco se hizo noche, fue el lugar para que niños tomaran este recinto como un espacio mágico, donde Santa y sus duendes compartieron con  grandes y pequeños.

Así lo marcaba la presencia de familias completas presentes en este tradicional acto, que año con año, el TEC realiza para compartir con miembros de la comunidad cartaginesa  así como con las familias de funcionarios y estudiantes,  quienes se unen en este día.

El rector del TEC, Dr. Julio César Calvo Alvarado, fue el encargado de dar la bienvenida a todos los presentes; en especial a los niños. Con un “buenas tardes”, los niños respondieron motivados al Rector en coro.

“Cada cierre de año nos permite poner en perspectiva muchas cosas; una de ellas el valorizar más la educación, trabajo y todo aquello que debemos transmitir a nuestras familias y sociedad” destacó el rector.

La actividad estuvo a una ocupación casi plena en el Centro de las Artes al tiempo que el rector del TEC brindaba la bienvenida a los participantes. (Foto: Ruth Garita/OCM)

“Santa pidió un S.O.S”, la obra ilusión de los pequeños

El escenario del Centro de las Artes, el mismo que usualmente alberga grandes momentos como graduaciones, presentaciones de grandes proyectos y otros instantes de gran trascendencia, se convirtió momentamentamente en el “Taller de Santa”, donde tres duendes y el mítico personaje, se encargaron de  deleitar con risas, música y diversión a los presentes.

La puesta teatral ”SOS: Se perdió Santa”, narró la historia de cómo una de sus duendes: “Escarchita”, congelaba a  Santa y a toda la Navidad.

La mirada de los más chicos y de grandes se centró entonces en aquella situación que hacia que las risas invadieran todo el Centro de las Artes, y que hacía que realmente la “magia navideña” fuera la protagonista de la jornada.

“Santaaaaa…” gritaban los pequeños para lograr que este personaje pudiera salir de aquel hechizo, que lo convirtió en un peluche, y que se encargaba de visitar a los espectadores en sus asientos.

La  preocupación de “Rasqui” y “Cherry Merry”, duendes que invitaron a los más pequeños a compartir el escenario con ellos y luchar contra aquel hechizo, logró que con ayuda de estos pequeños, su baile y un fuerte abrazo, se rompiera aquel “encanto”  y así Santa volviera con toda su alegría;  replicada por todos los presentes, pero en especial por los más pequeños.

Alegría  que marcaba como el poder de esos niños que corren por la casa, de quienes la imaginación es sin límites, tiene el poder de convertir lo malo en acciones que se traducen en bienestar y amor para el mundo.

SOS: Se perdió Santa fue interpretado por cuatro actores de Okarina Producciones. (Foto: Ruth Garita/OCM)

Iluminando más que un árbol

El cierre del telón sirvió para dar paso a que la motivación de todos los presentes se trasladara a la entrada principal del TEC, donde una noche despejada y en la que se hacía dificil dejar de lado el abrigo, se aliaba a un ambiente de ansias por ver cómo aquellas luces iluminarían el árbol navideño así como el nuevo pesebre.

El franciscano, Fray Nicolás, se encargó de bendecir la nueva representación del nacimiento de Jesús -trabajada detalladamente por el Departamento de Administración de Mantenimiento-, al mismo tiempo que con sus cantos y oraciones motivó a quienes bajo la luz de la luna esperaban ver cómo se iluminaba aquel espacio que reunió a casi 500 personas.

 

Un nuevo pesebre fue inaugurado en la actividad. (Foto: Ruth Garita/OCM)

La cuenta regresiva finalmente llegó a cero y las luces se hicieron presentes, iluminando no sólo aquel pesebre y el árbol, sino todos aquellos rostros presentes en una noche que marcaba no sólo  el principio de una época en el TEC, sino también el cierre de un año de éxitos.

Las miradas terminaron su jornada en el cielo, donde los destellos y colores de la pólvora fueron el cierre de una actividad, que logró reunir un año más las ilusiones y sueños de la familia TEC. 

La mirada se fijó en el cielo, al tiempo que los participantes observaban el juego de pólvora. (Ruth Garita/OCM)

 El árbol de navidad está ubicado en la entrada principal del TEC. Otros detalles navideños fueron ubicados de igual manera en este sector. (Ruth Garita/OCM)