La herencia de “Rafles” al TEC

  • Segunda entrega de la historia del Centro Académico de San José

24 de Marzo 2017 Por: Fernando Montero Bolaños

La Escuela Técnica Nacional funcionó por casi 30 años en el edificio que, actualmente, ocupa el Centro Académico de San José del TEC, en Barrio Amón. Allí se impartían especialidades técnicas, como dibujo arquitectónico, electricidad, química, física y matemáticas, y estaba dirigida a estudiantes que, por diversas razones, no podían cursar la educación secundaria.

En la primera entrega de la historia del Centro Académico de San José del Tecnológico se destacó la figura de Rafael William Keith Alvarado, como la persona que donó el inmueble que hasta hoy funciona como edificio de aulas para las carreras de Arquitectura y Urbanismo, Ingeniería en Computación y Administración de Empresas. Hoy, conoceremos más sobre este personaje clave en la historia del TEC.

Keith, mejor conocido como “Rafles”, recibió este apodo desde muy joven dada su afición por las historias del personaje Arthur J. Raffles, del autor inglés E.W. Hornung. Aunque no existió ningún parecido físico entre Keith y el personaje de ficción, algunos encuentran similitudes entre ambos en cuanto a su forma de actuar y de alcanzar sus objetivos.

Para el “Raffles” de las historietas y películas, el fin justificaba los medios. Se trataba de un ladrón muy elegante, vinculado con la clase alta inglesa y que cometía robos extraordinarios para desafiar al sistema y denunciar la mala distribución de la riqueza de la Era Victoriana en Inglaterra. Mientras tanto, el “Rafles” de carne y hueso que conoció Costa Rica a lo largo del siglo XX, aprovechó la posición ventajosa de su familia, tanto económica como políticamente, para alcanzar su objetivo de acercar a los jóvenes costarricenses al mundo de la ingeniería, otra de sus pasiones.

En este sentido, su acto más astuto fue construir, a mediados del siglo XX, un edificio en Barrio Amón para colocar la Escuela Técnica Nacional, iniciativa que compartió con el ingeniero Antonio Fernández y con el licenciado Mariano Ramírez, y que se mantuvo hasta 1977, año en el que decidió donarle el inmueble al TEC para que continuara la labor educativa en ingenierías en la capital. Pero, ¿en qué radicó su astucia? Simple y sencillamente, en que el terreno donde levantó este edificio de cinco pisos nunca le perteneció.

Este hecho se descubrió hasta el año antepasado cuando el Tecnológico tuvo que realizar la reunión de fincas que le pertenecen en este barrio para levantar el nuevo edificio que se está construyendo con fondos del Banco Mundial. Este trámite sacó a la luz que la propiedad nunca estuvo a nombre de Keith ni del Tecnológico, sino del Estado Costarricense.

Las cosas no son del dueño...

El traspaso del edificio de Keith al Tecnológico se efectuó el 30 de junio de 1977 y se ratificó mediante decreto ejecutivo publicado en La Gaceta del 2 de julio de ese mismo año. Sin embargo, el decreto nunca fue firmado por el entonces presidente de la República, Daniel Oduber Quirós; sin que se sepa, hasta el día de hoy, las razones por las que no se completó este requisito.

Se supone que el presidente Oduber nunca firmó el decreto ejecutivo porque en el proceso se descubrió que el inmueble nunca le perteneció al señor Keith. Pocos meses después, hubo cambio de gobierno y la situación nunca se solventó.

Aunque la propiedad siempre fue del Estado, nunca se le asignó a una institución específica para que la administrara. De ahí que Grettel Ortiz, directora de la Oficina de Asesoría Legal del TEC, lo calificara como un “edificio huérfano”.

Según datos del Registro Nacional, a mediados del siglo XX el Estado constituyó una hipoteca a favor del Instituto Nacional de Seguros (INS) para ubicar en la propiedad en mención unas oficinas de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). Pero, por razones desconocidas, el terreno nunca se le entregó a la CCSS, sino que fue utilizado por el señor Keith para construir el edificio que albergó a la Escuela Técnica Nacional por más de dos décadas.

El 23 de junio de 1977 el Consejo Institucional del TEC conoció el tema del traspaso de la Escuela Técnica Nacional al Tecnológico y acordó llamar al edificio “Rafael Keith Alvarado (Rafles)”, en honor a quien donó el inmueble.

Además, se estableció hacerle un homenaje a Keith y otorgarle ₡2.000 mensuales, como agradecimiento por su noble gesto. Estos acuerdos se tomaron partiendo del hecho de que la donación estaba en orden y era respaldada por un decreto ejecutivo.

El traspaso de los bienes de la Escuela Técnica Nacional sirvió para que el Tecnológico estuviera en San José y se modificó su nombre al actual Centro Académico de San José, en 1982.

Para solucionar el vacío legal de la propiedad el Tecnológico realizó un completo estudio jurídico e histórico, para que el Ministerio de Educación Pública (MEP) asumiera la paternidad del edificio, a nombre del Estado Costarricense, y luego lo donara al Tecnológico. Este proceso, que tardó casi dos años, fue conocido por el Registro Nacional, el Ministerio de Hacienda y la Procuraduría General de la República, y finalizó exitosamente el 26 de agosto del 2016.

Actualmente, el edificio Rafles cuenta con 12 aulas, biblioteca, dos laboratorios de cómputo, una sala-taller, un aula para danza y un laboratorio de pesos, medidas e impresión 3D. Algunos de estos espacios se modificarán una vez que entre a funcionar el nuevo edificio que el Tecnológico está construyendo con el empréstito del Banco Mundial a las universidades públicas.

Aunque a simple vista parezca que Rafael Keith Alvarado actuó indebidamente al construir un edificio en una propiedad del Estado Costarricense y luego donarlo al Tecnológico de Costa Rica, hay quienes piensan que el señor Keith fue víctima de una estafa al comprarle el terreno a alguien quien fingió ser el dueño.

Otra de las teorías de los defensores de Rafles, es que sus familiares tenían grandes influencias políticas, gracias a las cuales el Estado le cedió el terreno para construir el edificio que sirvió de sede a la Escuela Técnica Nacional y le otorgó un subsidio para su funcionamiento.

Sea como fuera, Keith alcanzó su objetivo de formar a cientos de jóvenes costarricenses en áreas técnicas y de ingeniería y le heredó al Tecnológico un lugar para ampliar su influencia académica, de investigación y de extensión en San José.

William Rafael Keith Alvarado, conocido como “Rafles”, se graduó de ingeniero en la Universidad de Cornell, Estados Unidos, a principios de 1930.

Fecha

Viernes, Marzo 24, 2017 - 11:45
Centro Académico de San José, Edificio Rafles, William Rafael Keith Alvarado, Barrio Amón, Escuela Técnica Nacional