Extensión Universitaria

Apoyo universitario a comunidades de todo el país se reflejó en el I Congreso de Extensión y Acción Social 

  • Campamentos para niños y jóvenes no videntes, ayuda a agricultores en el cultivo de frutas para exportación y trabajo en territorios indígenas son algunos de los múltiples ejemplos de trabajos de extensión universitaria.
  • Docentes, estudiantes y personas de las comunidades aprendieron técnicas y experiencias para mejorar el trabajo en comunidades. 
19 de Septiembre 2019 Por: Johan Umaña Venegas
Varias personas juegan fútbol con los ojos vendados.

En el taller "Una aventura deportivo-recreativa para personas con discapacidad visual" , l

os participantes vivieron por una mañana lo que es ser persona no vidente y el reto de hacer desde tareas comunes, como caminar por la universidad, hasta practicar deportes. Foto: Ruth Garita / OCM.

Las actividades de acompañamiento que las cinco universidades públicas del país llevan a cabo para ayudar al desarrollo de diferentes comunidades de Costa Rica fueron expuestas el 16, 17 y 18 de setiembre en el primer Congreso de Extensión y Acción Social

En el evento se presentaron más de 90 ponencias y desarrollaron una veintena de talleres, además de foros y mesas de discusión; con la participación de casi 500 personas, entre extensionistas, docentes, estudiantes y personas de comunidades rurales que participan en los distintos proyectos de extensión.

El Congreso ha sido una oportunidad para ver las valiosas labores que las universidades públicas estemos realizando para trabajar con las comunidades del país, y también para plantearse las mejores formas de articular este trabajo y lograr un mayor efecto en la sociedad”, argumentó el máster Jorge Chaves Arce, vicerrector de Investigación y Extensión del Tecnológico de Costa Rica (TEC). 

Los asistentes de pie en la inauguración.
Inauguración del Congreso, en el Auditorio de Derecho de la Universidad de Costa Rica. Foto: Ruth Garita / OCM.

Universidades participantes: 

El Congreso, realizado en las instalaciones de la UCR, fue organizado por el Consejo Nacional de Rectores (Conare), junto con representantes de las distintas universidades. Incluso, como previo a este encuentro, se realizaron seis foros regionales, que sirvieron para reconocer las distintas necesidades de las diferentes zonas del país.  

“Las universidades tienen un papel fundamental en la sociedad que va mucho más allá de una de sus principales actividades, la docencia. Junto con la investigación, para la generación de conocimiento, desde hace décadas, las universidades públicas de Costa Rica han encontrado en la acción social o extensión, la manera de proyectarse significativamente en la sociedad”, comentó en la inauguración el Dr. Henning Jensen Pennington, rector de la UCR.

Grupo de jóvenes tocando música.
La extensión universitaria es mucho más que educación o transferencia de conocimientos. También es arte y cultura, como lo demostró el Grupo Música en Acción , TCU de la UCR. Foto: Ruth Garita / OCM. 

 

Múltiples formas de apoyar a las comunidades

La extensión universitaria es tan variada como las diferentes profesiones de los estudiantes y docentes que participan en ella, o las necesidades que tienen las comunidades. 

Entre los proyectos que se expusieron en el Congreso se encontraban trabajos para manejo del agua, el medio ambiente, capacitación de agricultores, ayuda a la inclusión de poblaciones en riesgo o con discapacidad, temas indígenas, desarrollo local y, por supuesto, educación. 

Un ejemplo es el campamento de habilidades para niños y jóvenes con discapacidad visual, que organiza desde 2011 la profesora Ana Lorena Mora, de la Sede del Atlántico de la UCR (en Turrialba). 

“Hay de todo, actividades que digamos que son tradicionales para ciegos, deportes que son exclusivos para ellos.. Pero nosotros incluimos actividades en el medio natural, que son deportes de aventura. Hemos hecho canopy, kayak, balsa, canoa hawaiana en el mar, senderismo, escalada en pared. Siempre rompen todo paradigma que podamos tener respecto a lo que puedan hacer las personas con discapacidad visual”, explicó Mora.

En las nueve ediciones del campamento, unos 300 jóvenes y niños de todo el país han participado en estos campamentos, y muchos de ellos han cambiando hacia un estilo de vida más activo, incluso hasta participar en selecciones nacionales de golbol, atletismo y fútbol para ciegos, entre otros deportes.

“Y le voy a decir honestamente que quienes más se benefician no son los ciegos. Tenemos a un voluntariado de 45 a 50 personas, que son estudiantes de la Universidad que ellos son los que más se benefician (...). Que les llena, que han aprendido que les gusta ayudar y se sensibilizan ante la situación de los demás”, agregó Mora.

Hay muchos otros ejemplos de proyectos con personas con discapacidad y otras poblaciones vulnerables, y varios más que se están en desarrollo, muchas veces por solicitud de las mismas personas beneficiadas. 

Erick Urbina Guerra, de la Asociación de Sordos de Limón, asistió al Congreso con el interés de conocer más sobre qué es la extensión universitaria y cómo puede beneficiar a su comunidad. Dice que vuelve a casa con la intención de concretar un proyecto para que especialistas del TEC le ayuden a él y a otras personas sordas a aprender de gestión empresarial y artesanías, de forma que puedan generar su propio ingreso.

“Es necesario el trabajo con el Tecnológico para que se puedan hacer actividades, que haya la apertura para que las personas con discapacidad participen, que no se queden en la casa las personas sordas, sino que vayan y estén participando. Que haya apertura para deportes, capacitaciones, actividades recreativas y más”, expresó Urbina, por medio de un intérprete.  

Lecciones para mejorar la extensión

La mañana del último día del Congreso, el miércoles 18 de setiembre, se enfocó en la realización de talleres prácticos, en los que participaron personas de distintas comunidades y grupos sociales, así como estudiantes y docentes. 

Los talleres sirvieron para discutir mejores formas de abordaje a las problemáticas del país, como el medio ambiente, las necesidades del sector agrícola o el tema indígena, entre otros.

También para aprender habilidades prácticas, como técnicas “storytelling” (contar historias) y comunicación, juegos didácticos para la enseñanza, asociatividad comunal y derechos humanos, entre otros.

“(El storytelling) es una herramienta para nosotros en el sentido de visibilizar y que la gente pueda entender un poco la labor de la universidad y la importancia de la extensión y la acción social, pero también creo que si le podemos enseñar este tipo de técnicas a las personas de las comunidades, ellos podrían realizar procesos o inclusive contar sus propias historias más allás del proceso de extensión con la U”, comentó Shirley Alarcón, docente en el Campus del TEC en San Carlos.

Apoyo más efectivo

Para autoridades y extensionistas por igual, la realización del primer Congreso de Extensión y Acción Social tendrá efectos positivos en las labores de las cinco universidades públicas del país, con réditos claros para las comunidades en todo el territorio nacional. 

El evento permitió conocer qué están realizando las diferentes instituciones para atender a las poblaciones vulnerables de Costa Rica y, a la vez, discutir cómo mejorar y ampliar estos servicios. En particular, un punto de mejora será la mayor articulación y la consiguiente optimización de los recursos disponibles para la extensión universitaria.

“Este Congreso es un momento ideal para hacer las cosas bien, de manera integrada entre todas las universidades. La idea es llegar a acuerdos y conclusiones que nos permitan trabajar de forma interinstitucional e interdisciplinaria, de forma que podamos ofrecer mejores respuestas a las comunidades”, comentó el Dr. Ricardo Salazar, coordinador de Regionalización en el Tecnológico.

Para la ingeniera Marianela Gamboa, de la Escuela de Agronegocios del TEC, les dará muchas herramientas a los extensionistas para seguir mejorando la labor interinstitucional que ya se realiza.

Gamboa presenta como ejemplo de esta articulación entre universidades el proyecto de Conare en el que participa junto a expertos de la UCR, el TEC, la UNA y la UNED, en el que buscan mejorar el cultivo de frutas con potencial exportador, como la carambola dulce, la pitaya y la uchuva, en la Zona de Los Santos y Bagaces, Guanacaste, y otras comunidades.

En este proyecto, Gamboa, junto a extensionistas del TEC y la UNED, ayudan a los productores para que mejoren sus prácticas de cultivo y manufactura, y desarrollen productos de valor agregado. Mientras que expertos de la UNA y la UCR analizan los componentes de las frutas para identificar compuestos beneficiosos para la salud humana. 

“Es vital el hecho de entender que cada universidad puede hacer grandes aportes y que desde una institución u otra no sos ‘todologo’. Nosotros, cada quien tiene su conocimiento y su experiencia. Entonces, el hecho de trabajar en conjunto nos permite crecer muchísimo el proyecto y ayudar más, de manera más integral, a los productores“, ahonda Gamboa.

Congreso Interuniversitario de Extensión y Acción Social, Extensión Universitaria, Acción Social