Discurso del Rector en el 45 aniversario del TEC

9 de Junio 2016 Por: Irina Grajales Navarrete
El rector del Tecnológico de Costa Rica, Julio César Calvo, expone unas palabras durante el 45 aniversario del Tecnológico de Costa Rica. (Foto Ruth Garita / OCM). 

Hoy es un día de júbilo y de agradecimiento.  Es un día para celebrar la visión de nuestro país, de la comunidad cartaginesa, la visión de las fuerzas vivas y de nuestros gobernantes de la época…

Celebramos el que gracias a esa visión y compromiso, es que estamos hoy aquí,  aportando lo mejor para que esta Institución siga construyendo una sociedad cuyo anhelo es el bienestar de todos y asegurarse un mejor porvenir.   Hoy celebramos los logros que nos motivan y nos inspiran a continuar haciendo camino,  celebramos los desaciertos de los cuales con humildad hemos aprendido y nos han impulsado a ser aún mejores, y celebramos los retos porque nos mantienen alertas y nos hace desplegar  nuestras potencialidades.

Querida comunidad, esta Institución edifica año con año, suma y multiplica, trabajando con compromiso para cumplir la visión y misión que nos han encomendado. Hoy nos detenemos en el tiempo, hacemos una pausa para reflexionar y celebrar los logros que hemos alcanzado después de una faena de 45 años de trabajo y estudio de esta benemérita institución de la educación, la ciencia y la cultura.    

Hoy es día para recordar a los fundadores, a las primeras compañeras y compañeros, estudiantes y egresados, sin duda ellos enfrentaron grandes retos; menciono tan solo tres: construir los cimientos de la segunda institución de educación superior de Costa Rica,  abrir el camino para el ejercicio profesional de los primeros tecnólogos y sembrar en el imaginario de nuestro país el nombre y el significado del Instituto Tecnológico de Costa Rica.

Hemos heredado ese legado y las luchas de nuestros antecesores. Con el tiempo hemos crecido en todos los frentes, hemos cumplido con lo encomendado, y hemos posicionado al TEC por sus aportes y la calidad de sus graduados. 

Trabajar en el TEC significa honrar a nuestro país todos los días, dando lo mejor de nosotros mismos, trabajar en el TEC es sentir ese orgullo de ser parte de una familia que crece y tiene la oportunidad de educar y formar al mejor talento humano en Tecnología y ciencias conexas.  Trabajar en el TEC también es recibir las buenas noticias de que nuestros egresados tienen excelentes indicadores de empleabilidad y demanda en todos los sectores socio-productivos, de que muchos de ellos llevan el espíritu emprendedor e innovador.  Trabajar en el TEC es ser conscientes de que nuestras acciones de investigación y extensión en todas nuestras áreas de trabajo  generan un alto impacto para mejorar la productividad y el bienestar social. Trabajar en el TEC es saber que nuestro nombre hoy día suena, se siente y se respeta.  Muchos añoran estudiar en el TEC, muchas comunidades quieren tener un TEC, porque las instituciones y las empresas saben de su calidad.    

¡Eso nos llena de satisfacción e ilusión!

 El TEC se creó en el contexto de una economía que dependía de un sector agropecuario e industrial incipiente, que no generaba mayor valor agregado o empleo de calidad.  El TEC se visualizó como una institución de educación superior clave para la construcción de un modelo de desarrollo basado en el conocimiento.  La historia de nuestro TEC, resumida en la Memoria Institucional publicada en la celebración del pasado 40 Aniversario nos recuerda:

“Corrían los años sesenta y en el mundo se consolidaban instituciones de formación tecnológica. En Estados Unidos: el Tecnológico de Georgia y el Tecnológico de Massachusetts. En América Latina: el Tecnológico de Monterrey.

En Costa Rica,  el mandatario José Joaquín Trejos regía los destinos de la nación y ya desde entonces se planificaba crear un Instituto Tecnológico. El país comenzaba una importante etapa de cambios en los procesos productivos y era necesario el fortalecimiento de las áreas técnicas.

En Cartago, sus habitantes debían decidir entre varios proyectos: un programa de desarrollo agropecuario, la carretera a San José o una institución de educación superior. Además, un grupo de diputados de la provincia apoyaba la creación de un Instituto Tecnológico Nacional.

Llegó la década de los setenta, y tanto el Presidente de la República, José Figueres Ferrer, como el presidente de la Asamblea Legislativa, Daniel Oduber Quirós, el comité de apoyo y la población cartaginesa apoyaron la creación de esta institución. El 10 de junio de 1971 se  firmó la Ley 4777, que dio origen a nuestro Instituto Tecnológico de Costa Rica.

Don Vidal Quirós, con apenas 33 años, un ingeniero civil con formación en administración en el Tecnológico de Monterrey, México, asumió las riendas de la institución y se convirtió en su primer rector. Su tarea: desarrollar al TEC, debía ser una institución vinculada con el sector socio productivo del país, que ayudara al desarrollo de Costa Rica.

Tuvo a un rector adjunto, el ingeniero Milton Rubio, y a José Joaquín Seco como su Vicerrector Académico, también con estudios en el TEC de Monterrey. Este institución fue el modelo a seguir, por ser el Tecnológico con mayor visibilidad sobre la realidad de América Latina. Para el primer rector, un Tecnológico era el elemento diferenciador.

Dos años después de su creación, en 1973, comenzaron las tres primeras carreras del TEC, opciones totalmente novedosas en el país: Ingeniería en Construcción, Ingeniería en Producción Industrial e Ingeniería en Mantenimiento Industrial. Estas carreras fueron escogidas por las necesidades planteadas en el país. Uno de los elementos fundamentales para el éxito de la institución precisamente fue eso: la innovación en los procesos productivos.

Para los primeros graduados, el TEC representó su oportunidad para la movilidad social. Algunos dicen: “lo que tengo y soy se lo debo al TEC”. Ética profesional, honradez, prudencia, amplio conocimiento e interés en la transferencia de conocimiento, fueron los valores y conceptos que los docentes dejaron plasmados en los primeros egresados.

Ese éxito radicó en la visión estratégica de las autoridades; incluso, a los primeros graduados con los mejores promedios de notas se les envió fuera del país para continuar sus estudios y potenciar sus aportes en el momento de que se reincorporan al TEC.

Esa  historia, que es nuestra historia, nos hace hoy afirmar que desde su nacimiento  el TEC ha impulsado la transformación de muchos sectores productivos y sociales hacia una economía basada en el conocimiento, la innovación, el emprendimiento y la creatividad. Eso aporta a la competitividad global de nuestro pequeño país que ha logrado buenos indicadores de desarrollo humano, económicos y ambientales basados en el talento humano y no en la explotación de recursos naturales.

Hoy, 45 años después, aspiramos a una Costa Rica próspera, de oportunidades y de bienestar material y espiritual para toda la sociedad.  El TEC seguirá coadyuvando fuertemente en la formación del talento humano, en la investigación pertinente y en el trabajo con las comunidades para así edificar, como lo dice nuestra Visión, una sociedad más solidaria e inclusiva; comprometida con la búsqueda de la justicia social, el respeto de los derechos humanos y del ambiente. 

Hoy vivimos una etapa de consolidación plena del TEC, pero debemos reinventarnos. 

Hoy tenemos muchos retos internos y externos. A lo interno hemos tomado la decisión de reformar  nuestro estatuto orgánico para optimizar nuestro trabajo y enfrentar las nuevas realidades. De igual importancia debemos revisar nuestro modelo académico,  debemos centrarnos más en el aprendizaje que en la enseñanza para fomentar las habilidades para la vida, las destrezas para la investigación, la autogestión de la educación, y para inspirar la innovación y el espíritu emprendedor.  En los próximos años enfrentamos el desafío de seguir creciendo en carreras, sedes e infraestructura con un FEES limitado para eso hay que demostrar excelencia en todo nuestro quehacer, solo así tendremos la capacidad de atraer más recursos adicionales  para los programa de grado, postgrado, investigación, extensión y vinculación.  Estos retos han de provocar lo mejor de nuestras capacidades, han de inspirarnos de la misma forma que a los fundadores del TEC hace 45 años. 

Querida comunidad, por eso hoy, les invito a agradecer esta oportunidad que nos dan de ser parte de esta Institución tan honorable, tan llena de logros y retos. Invoco a todos a seguir dando lo mejor,  el TEC y Costa Rica se lo merecen.